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Enfisema Pulmonar


Es un padecimiento pulmonar que se caracteriza por el ensanchamiento de los pequeños sacos de aire de los pulmones (alvéolos), y la destrucción del tejido de sus paredes.

Esta pérdida de tejido pulmonar significa que una menor cantidad de oxígeno podrá ser absorbido, por lo que el dióxido de carbono acumulado en estos espacios agrandados provocará dificultades en la respiración.

Causas

A medida que envejecemos, todas las personas presentamos cierto grado de enfisema y el cuerpo pierde la capacidad de sustituir el tejido pulmonar destruido, pero a menudo el enfisema aparece a edades más tempranas y en grados avanzados a causa del tabaquismo y de infecciones recurrentes en personas con bronquitis crónica o incluso con asma mal tratado. La exposición al aire contaminado, así como polvo y gases irritantes en el lugar de trabajo también pueden producir una anomalía en el equilibrio químico que protege a los pulmones.

Síntomas

Los síntomas dependen en gran medida del grado de daño pulmonar que tenga el paciente. Inicialmente suele presentar tos crónica, falta de aliento y sibilancias (silbidos audibles al respirar). Otros síntomas frecuentes son:

  • Fatiga
  • Pérdida de peso involuntaria
  • Edema de tobillos, pies y piernas
  • Ansiedad

Diagnóstico

Además de un examen físico y la historia clínica del paciente, el médico puede solicitar algunos estudios para confirmar el diagnóstico, entre ellos:

Pruebas de la función pulmonar: Sirven para medir la capacidad de los pulmones para realizar el intercambio de oxígeno y de dióxido de carbono adecuadamente, pueden incluir:

  • Espirometría: A través de un espirómetro se mide el volumen de aire que pueden contener los pulmones. Es una prueba sencilla en la que la persona inhala profundamente, luego exhala con fuerza y lo más rápidamente posible a través de un tubo mientras se hacen las mediciones.
  • Medidor de flujo máximo: Es un instrumento que sirve para medir la velocidad máxima con que una persona puede expulsar el aire de los pulmones. Tras inhalar profundamente, la persona sopla con fuerza dentro de este aparato

Exámenes de sangre: Las pruebas de gases en sangre permiten medir los niveles de oxígeno y dióxido de carbono. Esta concentración en la sangre arterial es un indicativo importante de la función pulmonar porque muestra la capacidad de los pulmones para proporcionar oxígeno a la sangre y extraer de ella el dióxido de carbono.

Rayos-X: Las radiografías de tórax pueden ayudar a complementar la información requerida por el médico para la elaboración del diagnóstico.

Tratamiento:

Dependerá en gran medida del estado general de salud del paciente y la severidad del padecimiento.

Si la persona fuma, debe dejar de fumar de inmediato, ya que de esta manera se puede evitar que el daño pulmonar se incremente.

El tratamiento tiene como objetivo aliviar los síntomas y evitar que la enfermedad avance, para que el paciente tenga una mejor calidad de vida y puede incluir:

  • Antibióticos (si existe una infección bacteriana)
  • Broncodilatadores (para mejorar la tos y falta de aliento)
  • Ejercicios para la rehabilitación pulmonar
  • Terapia de oxígeno

Los pacientes que presentan menor daño pulmonar pueden responder bien al tratamiento.

Complicaciones

En algunos casos el paciente puede presentar algunas complicaciones como enfermedades respiratorias recurrentes o hipertensión pulmonar.

Prevención

Una vez destruido el tejido pulmonar, es poco probable que el organismo sea capaz de reemplazarlo. Por consiguiente, detectar cuanto antes el enfisema y prevenir su progresión es el mejor tratamiento.

La mejor manera de prevenirlo es:

  • Dejar de fumar.
  • Si no fuma, es conveniente evitar el humo de segunda mano, que se produce cuando otros fuman a sus alrededor.
  • Evitar hacer ejercicio en exteriores cuando la calidad del aire es mala.
  • Evitar la exposición al aire contaminado en lugares cerrados.



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