Con motivo de la temporada de calor, se incrementan los riesgos para la salud y aumentan los efectos asociados a la exposición a temperaturas ambientales extremas (golpe de calor, insolación y lesiones dérmicas), así como por enfermedades diarreicas agudas.
Por lo anterior, se deben fortalecer las acciones de vigilancia epidemiológica y atención médica de la población que presente daños a la salud por estas causas. Para evitar riesgos a su salud siga las siguientes recomendaciones:
- El autocuidado es importante en la prevención de las enfermedades diarreicas y las asociadas a la exposición a altas temperaturas ambientales.
- Ingiera más líquidos de los que acostumbra, no espere hasta que esté sediento.
- Evite la ingestión de líquidos con cafeína, azucarados o bebidas alcohólicas, ya que éstos le hacen perder más líquidos corporales.
- Consuma agua hervida o desinfectada (agregue 2 gotas de cloro por cada litro de agua o una gota de plata coloidal por cada dos litros, déjela reposar durante 30 minutos antes de beberla).
- Vista ropa ligera y de colores claros, además, utilice sombrero o sombrilla para protegerse del sol. Evite exponerse al sol durante las horas de mayor radiación (entre las 11:00 y las 15:00 horas) .
- Lleve a cabo el trabajo al aire libre, las ceremonias cívicas y las actividades deportivas, durante las primeras horas del día.
- Cubra las ventanas que reciben la luz del sol colocando persianas, cortinas o periódicos, ya que esto ayuda a disminuir hasta en 80% el calor dentro de la casa.
- Nunca permanezca dentro de un vehículo estacionado o cerrado.
- Consuma los alimentos inmediatamente después de su preparación para evitar su descomposición.
- Lave con agua y jabón las frutas y verduras que se comen crudas, posteriormente desinféctelas (a un litro de agua agregue cinco gotas de cloro o cinco gotas de plata coloidal y sumérjalas durante 30 minutos).
- No se automedique y en caso de cualquier molestia, acuda de inmediato al médico.
Cómo actuar ante un golpe de calor
Si se detecta que el bebé ha sufrido un golpe de calor, lo primero que se debe hacer es llevarlo a un lugar fresco y procurar bajar su temperatura corporal. Para ello, un método efectivo consiste en aplicar compresas frías sobre la cabeza, el cuello, el pecho, los brazos y los muslos. Conviene renovar las compresas con asiduidad, ya que enseguida pierden su carácter refrescante.
También es bueno darle de beber, siempre y cuando el niño esté lúcido. Si no está del todo consciente, es mejor no hacerlo; ya que podría atragantarse y esto agravaría el problema. Si se trata de un bebé, se aconseja quitarle toda la ropa y, en caso de que sea posible, darle un baño con agua fresca.
Cuando un niño sufre un golpe de calor, siempre se debe acudir a un médico cuanto antes para asegurarse de que se ha recuperado y no habrá inconvenientes después.