Los análisis de sangre se usan como rutina para ayudar al diagnóstico de enfermedades o como control de salud. Mediante los análisis se puede detectar la presencia de muchas enfermedades habituales y frecuentes como pueden ser la anemia, la diabetes, infecciones, pero también pueden dar a conocer otras menos frecuentes y más graves como la leucemia o otros tipos de cáncer.
¿Cuáles son los más frecuentes?
Los análisis más frecuentemente utilizados son los de sangre, y entre ellos la rutina habitual es un estudio hematológico (hematimetría ó hemograma) con VSG (Velocidad de Sedimentación Globular), y un estudio de bioquímica en el que se miden la glucemia (azúcar en la sangre), el ácido úrico, la urea, las transaminasas, la bilirrubina, electrolitos, etc.
Técnica de realización
Para efectuar este análisis se precisa de una preparación previa, y en general se recomienda estar en ayunas desde las 10-12 horas previas.
Para realizar la toma se precisa localizar una vena apropiada y, en general, se utilizan las situadas en la flexura del codo. La persona encargada de tomar la muestra utilizará guantes sanitarios, una aguja (con una jeringa o tubo de extracción):
- Le pondrá un tortor (cinta de goma-látex) en el brazo para que las venas retengan más sangre y aparezcan más visibles y accesibles.
- Limpiará la zona del pinchazo con un antiséptico y mediante una palpación localizará la vena apropiada y accederá a ella con la aguja.
- Le soltarán el tortor.
- Cuando la sangre fluya por la aguja, el sanitario realizará una aspiración (mediante la jeringa o mediante la aplicación de un tubo con vacío).
- Si se requiere varias muestras para diferentes tipos de análisis se le extraerá más o menos sangre o se aplicarán diferentes tubos de vacío.
- Al terminar la toma, se extrae la aguja y se presiona la zona con una torunda de algodón o similar para favorecer la coagulación y se le indicará que flexione el brazo y mantenga la zona presionada con un esparadrapo durante unas horas.
Recomendaciones
- Acudir acompañado suele ser recomendable.
- Si tiene tendencia a marearse, debe de comunicarlo previamente al profesional sanitario, ya que será mejor evitar el mareo o una caída de resultados imprevisibles, y en estos casos la extracción se realiza con la persona tumbada.
- Si nota mareo o cierta inestabilidad al terminar la extracción, no se levante y dígalo; el hacerse el "valiente" puede producir mayores problemas.
- Si en otras ocasiones le han dicho que tiene "malas venas" también debe de ser comunicado previamente.
Problemas secundarios
- Aparición de un hematoma (moratón o cardenal) en la zona de extracción. Suele deberse a que la vena no se ha cerrado bien tras la presión posterior y ha seguido saliendo sangre produciendo este problema.
- Inflamación de la vena (flebitis). A veces la vena se ve alterada, ya sea por una causa meramente física o porque se ha infectado. Si el problema persiste o aparece fiebre deberá consultar a su médico.