Resultados de Laboratorio
La incubadora ayuda a que el pequeño se habitúe al mundo y resulta fundamental para los prematuros. Muchos niños pasan algún tiempo en ella en cuanto nacen: los que lo han hecho dentro del tiempo previsto sólo algunas horas; los prematuros o los que se consideran no maduros (niños que han nacido en el momento justo pero sin el peso debido o con órganos inmaduros) permanecen más tiempo.
Las cunas térmicas son unos aparatos diseñados para reproducir unas condiciones parecidas a las del útero. Las incubadoras reproducen el ambiente ideal para que los bebés puedan seguir creciendo hasta el momento de alcanzar su madurez física.
¿Cómo es?
Existen muchos tipos de incubadoras, pero todas tienen una estructura y un funcionamiento prácticamente idénticos. Veamos cómo son:
Son cunas transparentes, cerradas herméticamente y que tienen un colchón blando donde el pequeño descansa. Se pueden abrir por completo, pero también tienen varias ventanillas a los lados a través de las cuales se puede atender fácilmente al niño. Así se reduce al mínimo la dispersión de calor y oxígeno. Se pueden introducir en ellas catéteres, pequeños tubos, sondas y todo cuanto pueda ser necesario para cuidar del recién nacido.
Algunos modelos están provistos de cajones para los medicamentos y de soportes para las instalaciones de control, como por ejemplo el monitor para controlar el ritmo y la frecuencia cardíacos.
¿Cómo funciona?
Todas las incubadoras tienen un panel de control que sirve para monitorizar la temperatura corporal, el suministro de oxígeno y la humedad del aire.
EL CALOR. La incubadora está en condiciones de reproducir artificialmente el calor del seno materno. Un termostato brinda una temperatura constante, establecida de acuerdo con el grado de madurez del bebé. De esta manera, puede satisfacer las exigencias de cualquier recién nacido. Si el pequeño nació al término del embarazo, bastan unas pocas horas de "descanso" en la cuna a una temperatura de 33°C para ayudarle a recuperarse del cansancio producido por el nacimiento y para adquirir un color sonrosado.
- LA HUMEDAD. Otra característica de la incubadora consiste en su elevado grado de humedad, pues el nivel del vapor acuoso contenido en el aire de su interior oscila entre un 65 y un 75 por ciento. En las incubadoras la temperatura es alta. Esto puede ser potencialmente peligroso porque podría provocar una excesiva pérdida de líquidos corporales, provocando deshidratación. Gracias a su elevada humedad se evita este riesgo.
- EL OXÍGENO. Sólo se suministra cuando el pequeño tiene problemas respiratorios y durante el tiempo necesario para restablecer una situación normal. El médico establece su flujo, mientras su concentración está regulada por un sensor, colocado dentro de la cuna. Este sensor registra cualquier variación respecto a los valores previamente establecidos. La renovación constante del aire permite la dispersión del anhídrido carbónico.
- LA ESTERILIDAD. La cuna térmica tiene un ambiente estéril. Su esterilidad es una característica muy importante, especialmente en el caso de recién nacidos muy prematuros que todavía no están en condiciones de defenderse contra los microorganismos procedentes del exterior. Por ello, se controla rigurosamente el acceso al departamento donde se encuentran: tanto el personal que los atiende como todas aquellas personas cuya entrada se permite, deben ponerse una bata, cubrirse los zapatos y utilizar guantes esterilizados para cuidar al pequeño.
SEPARASE DE LA MAMÁ
Al pasar a través del canal del parto, el pequeño abandona el ambiente líquido, oscuro y con temperatura constante del abdomen materno, para salir a un mundo más frío y aéreo. Por esta misma razón, el nacimiento constituye para el niño un momento muy cansado y estresante, porque en muy poco tiempo debe poner en marcha todas aquellas funciones vitales indispensables para la supervivencia.
El cambio de temperatura hace que esta tarea resulte todavía más difícil, puesto que el organismo del pequeño no está en condiciones de desarrollar sus propias funciones de termorregulación. Esto significa que aún no es capaz de controlar su temperatura corporal. Si el organismo no se mantiene caliente, el esfuerzo que sus sistemas cardiocirculatorio y respiratorio deben hacer para adaptarse al nuevo ambiente resulta todavía más difícil. Permanecer en la incubadora lo ayuda a superar el trauma producido por su separación de la mamá.
CRECER EN UN LUGAR SEGURO
Si el pequeño nació después de un parto largo y difícil, o presenta una situación clínica precaria, la permanencia en la incubadora lo ayuda a recuperar la normalidad.
A muchos papás la incubadora les produce angustia, aunque sea el lugar más seguro y apropiado para el niño, ya que lo ayuda a desempeñar sus funciones vitales, al mismo tiempo que permite a los médicos mantener constantemente la situación bajo control para poder intervenir de inmediato en caso de ser necesario.