Resultados de Laboratorio
Cuando el apéndice se obstruye (generalmente por materia fecal) se desencadena un proceso en el que se inflama y se infecta. Este proceso es la apendicitis.
Si la inflamación persiste y no es tratada adecuadamente, el apéndice puede llegar a perforarse. La perforación esparce el contenido intestinal cargado de bacterias por el abdomen provocando una peritonitis, que puede conducir a una infección con riesgo de muerte.
La apendicitis se presenta con mayor frecuencia entre la gente joven, entre los 10 y los 30 años, aunque también puede ocurrir en niños pequeños o personas mayores.
En la mayoría de los casos de apendicitis, se recurre a la cirugía para extirparla.
¿Cuáles son los síntomas de la apendicitis?
Muy pocas personas con apendicitis aguda presentan todos los síntomas característicos.
En el caso de los niños pequeños el dolor puede estar generalizado por lo que puede confundirse con un simple trastorno estomacal. Es común que al utilizar algún analgésico para aliviar el dolor, se escondan temporalmente los síntomas de la apendicitis, retrasando el diagnóstico.
Un análisis de sangre también es de utilidad ya que puede encontrar un incremento de los glóbulos blancos en respuesta a la infección.
Tratamiento
El tratamiento de una apendicitis es 100% quirúrgico para evitar la perforación del apéndice, la formación de abscesos o una peritonitis.
La operación se hace a través de una incisión en el abdomen inferior o a través de cirugía laparoscópica. La recuperación de la cirugía es relativamente rápida y el paciente puede abandonar el hospital en 2 ó 3 días y permanecer unos días más en casa hasta recuperarse totalmente.
En muchos casos, al realizar una intervención con diagnóstico de apendicitis, no se encuentra nada anormal en el apéndice. Sin embargo si se retrasa la cirugía para asegurarse de la causa del dolor, el apéndice infectado puede perforarse en menos de 24 horas y las consecuencias pueden ser peligrosas.