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Ataque de pánico (Panic attack)


Cada vez hay un mayor reconocimiento de las enfermedades psiquiátricas y sus implicaciones.
Dentro de los trastornos de la ansiedad existen las fobias, el síndrome de estrés postraumático, la ansiedad generalizada, la agorafobia, el trastorno obsesivo-compulsivo, los trastornos de ansiedad debido a enfermedades o al uso de sustancias y los ataques de pánico, un trastorno cada vez más común, pero poco conocido por la mayoría de la gente.
Sobre el tema, se entrevistó a la Dra. Sara Revuelta, Psiquiatra con especialidad en Sexología, dedicada a la práctica privada en el Hospital Angeles Pedregal.

Dra. Revuelta, ¿Qué es un ataque de pánico?

La característica principal del ataque de pánico es la aparición súbita de un miedo intenso, de corta duración, autolimitado, recurrente y progresivo donde no hay un factor desencadenante, es decir, no hay ninguna situación que desencadene la angustia. La persona puede estar perfectamente bien y súbitamente siente una angustia, sin explicación aparente.

¿Cómo se reconoce?

Un ataque de pánico se acompaña de varios síntomas y para poder identificarlo como tal, la persona debe presentar cuatro síntomas de una lista que incluye:

  • Palpitaciones (taquicardia)
  • Mareos
  • Sudoración
  • Temblor
  • Escalofríos
  • Sensación de falta de aire
  • Sensación de despersonalización
  • Dolor abdominal
  • Náuseas
  • Sensación de vómito
  • Miedo de morir
  • Sensación de atragantarse
  • Opresión o malestar en el pecho
  • Miedo a perder el control o a volverse loco
  • Parestesia (sensación de entumecimiento u hormigueo)

El primer síntoma que suele presentar la persona en un ataque de pánico es de origen cardiovascular, en este caso serían las palpitaciones. Lo primero que piensa casi cualquier persona cuando siente que algo pasa en el corazón, es que le va a dar un infarto, por lo que su angustia va en aumento.
Esta angustia súbita alcanza su máxima expresión como a los 10 minutos de haber iniciado y se acompaña de un miedo intenso de que algo fatal pueda suceder, incluso la muerte.
En resumen un ataque de pánico es un miedo intenso, súbito, sin un factor desencadenante, que se acompaña de una serie de síntomas somáticos y cognositivos y de un miedo intenso a la muerte.

Existe el ataque de pánico con agorafobia o sin agorafobia (un miedo intenso a estar en un lugar muy concurrido, por ejemplo: un cine, un estadio, un centro comercial o un aeropuerto, donde si se llega a presentar la angustia, quizá nadie lo pueda ayudar.
Cuando la persona presenta un ataque de pánico con agorafobia, cree que si le sucede en un lugar de esos, se va a morir. Es por esta razón que los ataques de pánico, de alguna manera van limitando a la persona, ya que empieza a evitar el contacto con los lugares o las situaciones donde se le han presentado, (por ejemplo en un avión o en el coche), hasta que se aísla totalmente. Un grado extremo es que la persona ya no salga de su casa, pero lo más grave es que el padecimiento sigue avanzando si no hay de por medio un tratamiento y llega un momento en que la persona sufre los ataques de pánico en su propia casa, en donde creía sentirse seguro.

¿Cuáles son las causas?

Se ha visto que los ataques de pánico, así como otras enfermedades, tienen una predisposición genética, es decir, si una persona tiene algún familiar directo que ha padecido de ataques de pánico, puede tener una mayor predisposición a sufrirlos también.
También se ha observado cierta relación entre los ataques de pánico y otras enfermedades psiquiátricas, por ejemplo la depresión, o también pueden ir asociados a otro trastorno de ansiedad, como seria una fobia. Es muy importante tomar esto en cuenta porque puede suceder que una persona que presenta inicialmente un trastorno de ansiedad, de pronto padezca un ataque de pánico y después tenga depresión.
Los ataques de pánico pueden ser provocados también por alguna enfermedad física, por ejemplo una baja de azúcar en la sangre hipoglucemia, algún problema cardíaco, o de hipertensión o ante situaciones de estrés emocional fuerte. Posiblemente algunas sustancias estimulantes pueden también provocar ataques de pánico o empeorarlos por ejemplo las drogas, el alcohol, la nicotina o la cafeína.

¿A quién acudir?

Ya mencionamos que al sentir palpitaciones en el corazón el paciente piensa que le va a dar un infarto, por lo que el primer contacto de una persona que sufre ataques de pánico suele ser el cardiólogo. Es importante descartar primero cualquier anomalía fisiológica, y una vez que el médico comprueba que no la hay, canalizar al paciente con un psiquiatra para comenzar el tratamiento.

¿Cuál es el tratamiento?

Existe una estructura en el cerebro llamada "Locus Coeruleus" que es la que se encarga de "disparar" ciertas sustancias químicas como las catecolaminas (un ejemplo es la noradrenalina) que provocan una respuesta en todo en organismo ante esta descarga.
El tratamiento se basa en el uso ciertos medicamentos que regulan la actividad bioquímica para que no surjan esos "disparos" de catecolaminas y no haya síntomas. De esta manera cuando surge la situación de angustia, y se suprimen los síntomas, es más fácil manejar el ataque de pánico. Además se utiliza una terapia psiquiátrica. Hay diferentes corrientes, una de las más utilizadas es la cognitivo-conductual que poco a poco se va acercando a la persona, a la experiencia que asocia con la presentación del ataque de pánico. Por ejemplo si el individuo no quiere manejar su coche porque fue ahí donde le dio el ataque de pánico, tratamos de infundirle confianza para que se suba al coche y compruebe que no le pasa nada. La interacción de los medicamentos ayudará a que no se presente la descarga de catecolaminas y por lo tanto los síntomas asociados. De esta forma el paciente poco a poco puede ir recuperando la confianza y dejar de evitar las situaciones o actividades que relacionaba con los ataques de pánico.

El tratamiento utiliza antidepresivos, que son los medicamentos de elección para los ataques de pánico. El uso de estos medicamentos es prolongado, un promedio de entre seis u ocho meses, hasta un año, por lo que se requiere una estricta supervisión medica. Hoy en día está de moda hablar de los antidepresivos, hasta en las películas lo hacen y mucha gente cree que puede ir y comprar por ejemplo un "Prozac" en la farmacia, pensando que si le sirvió a otra persona con los mismos síntomas, seguramente le servirá también para su problema. No todos los antidepresivos le sirven a todas las personas. Sólo el médico puede elegir el medicamento de acuerdo a las características del paciente y del antidepresivo en sí. Los antidepresivos que se han utilizado en este tipo de problemas son los tricíclicos y los inhibidores de la recaptura de serotonina como el Prozac. Los triciclicos fueron los primeros antidepresivos que aparecieron en el mercado y son muy buenos, el problema con ellos es que tiene más efectos colaterales que los inhibidores de la recaptura de serotonina. Los efectos colaterales más comunes son:

Además si el paciente tiene algún problema cardíaco, problemas en la próstata o es de la tercera edad, tendrá que estar bajo vigilancia. Por esta razón los antidepresivos tricíclicos no son muy recomendados.
En cambio, los inhibidores de la recaptura de serotonina tienen menos efectos colaterales y se pueden utilizar con mayor confianza en pacientes con problemas cardíacos o de próstata.
Los antidepresivos tardan más o menos de cinco a siete días en hacer efecto, por lo que en ese lapso generalmente se recetan ansiolíticos, que son las benzodiazepinas.
Hay que tener mucho cuidado en el manejo de las benzodiazepinas porque se sabe que lo que causan a la larga es tolerancia, y al necesitar mayores dosis también se desarrolla una dependencia y al momento de suspenderlas surge además el síndrome de abstinencia, por lo tanto, la indicación de usarlas es solamente mientras hacen efecto los antidepresivos, que no provocan dependencia.
Las benzodiazepinas están indicadas también como una alternativa en caso de que alguien sienta que se va a enfrentar a una situación y empiece a sentir angustia. En ese momento puede utilizar la benzodiazepina como una medida de emergencia.

¿Puede llegar a requerirse hospitalización?

Si, cuando el grado del trastorno es extremo; si los ataques de pánico son muy frecuentes la persona puede entrar en una crisis en el sentido de que piensa que ya se va a morir o que se está volviendo loco. No se siente seguro en ningún lado, y como mencionaba, se va limitando hasta quedarse en su casa.
El problema es cuando ya ni en su casa se siente seguro porque aún ahí se presentan los ataques de pánico. En un caso así sería necesaria la hospitalización para que el paciente sienta que está en un lugar en el que cuenta con todos los recursos para ayudarlo, esto le da seguridad, mientras se le empieza a dar el tratamiento farmacológico que necesita.

¿Puede curarse?

Sí, lo que se ha visto es que si se sigue un tratamiento combinado, es decir, farmacológico y psicoterapéutico, los ataques de pánico pueden llegar a desaparecer en un 30% al 60% de los casos, en un promedio de 6 a 10 años.
En ocasiones no desaparecen por completo, sino que se presentan como brotes aislados, pero el paciente puede aprender a manejarlos. Lo más importante es que la persona se dé cuenta de que el hecho que sienta esta ansiedad no significa que se va a morir.
Lo primero que piensa una persona con un ataque de pánico es que lo que le sigue a todas las alteraciones neuro-vegetativas que se presentan en su cuerpo (sudoración, temblor, palpitaciones, etcétera) es la muerte, pero en realidad todos esos síntomas son causa de una reacción química provocada por la adrenalina, que es la sustancia que nos permite estar todo el tiempo alertas, y cuando estamos ante alguna amenaza, nuestra reacción es huir y es en ese momento cuando viene una descarga de adrenalina que nos permite actuar rápidamente.
Esto es lo que ocurre durante un ataque de pánico: se activa el "sistema de alarma" natural de nuestro cuerpo ante un peligro, pero no hay ningún factor externo que justifique todos esos síntomas.

¿Qué tan peligroso puede ser un ataque de pánico?

La persona que padece este trastorno siente que es tal su angustia que se va a volver loca, y puede llegar a perder un poco el control. Por ejemplo, si la persona va manejando y de pronto parece la sensación de angustia, va a sentir que no puede controlar la situación y lo más probable es que llegue a sufrir un accidente; o si está en algún lugar donde hay mucha gente y comienza el ataque de pánico, puede también poner en riesgo su vida por la pérdida de control, más no por los síntomas en sí.
Sí es posible que llegue a desmayarse; esto se debe a que cuando se presenta la angustia, el paciente suele respirar más de prisa, y provoca una hiperventilación en la que el equilibrio del oxígeno y del bióxido de carbono se pierde. Es importante enseñarle al paciente a tratar de estar muy pendiente de su respiración, porque además de que puede evitar un desmayo, puede relajarse.
Precisamente uno de los tratamientos que se utilizan en pacientes con ataques de pánico son las técnicas de relajación, mediante las cuales pueden aprender a relajarse y disminuir la angustia.
Aunado a esto hay otra técnica que se llama retroalimentación positiva o de biofeedback, en la que se trabaja con la respiración y con la imaginación. El objetivo es que el paciente aprenda a cambiar un pensamiento desagradable por uno agradable, es decir que aprenda a guardar en la mente imágenes que sean relajantes para él y pueda concentrarse en ellas durante el ataque de pánico.

¿Cómo pueden ayudar los familiares de la persona que lo padece?

Primero, entendiendo que es un padecimiento real y que no es que la persona esté fingiendo o quiera llamar la atención. Los ataques de pánico existen y como se trata de una reacción bioquímica no hay nada que lo detenga; hay que esperar a que siga su curso.
Los familiares no deben regañar a la persona, ni pedirle que trate de controlarse o minimizar lo que está sintiendo. Si saben que es una reacción bioquímica y que no se puede controlar, deben dejar que el evento suceda, aproximadamente dura 10 minutos.
Las personas que padecen de ataques de pánico necesitan ser comprendidas y apoyadas por la familia. El problema que tienen es muy desagradable en sí mismo como para que además de todo, no encuentren comprensión en las personas cercanas.

¿Es posible prevenir un ataque de pánico?

Difícilmente se puede prevenir el primer ataque, ya que generalmente la primera vez que se presenta, la persona que lo sufre no sabe qué le está pasando.
Una vez en tratamiento se pueden prevenir ataques posteriores o al menos lograr que sean menos severos y frecuentes.
Yo creo que se puede prevenir en la medida que la gente tenga más información de que este trastorno existe y de que en algún momento se puede presentar, de esta manera va ser más fácil que acuda a buscar ayuda.
Si una persona está sensibilizada a este tipo de situaciones, será más factible que no llegue hasta los extremos, es decir, si sabe que no se va a morir puede mantener el control y concentrarse en controlar la respiración mientras puede acudir a una atención médica.

¿Algo que quiera agregar?

Esta situación cada vez es más frecuente, digamos que antes la prevalencia era alrededor de los treinta años y lo que se ha visto es que esto se está presentando ahora desde finales de la adolescencia a la tercera década. Después de los cuarenta y cinco años es más difícil que se presente pero no imposible.
Lo que es muy alarmante es que muchos de los trastornos psiquiátricos se están presentando cada vez en personas más jóvenes y entre menor sea la edad de comienzo, el pronóstico es peor. Este fenómeno es preocupante, porque es verdaderamente triste recibir jóvenes con depresión, ataques de pánico, anorexia, bulimia o que han intentado suicidarse.

¿Qué recomendaría para prevenir esta situación?

Creo que seria importante que en la casa y en la escuela hubiera una mayor atención durante la adolescencia. Sensibilizarnos más sobre esta etapa y no justificar o achacar todo a la crisis de la adolescencia, porque existen otros trastornos que son generados por otras situaciones. Como padres hay que estar siempre atentos, estar cerca de nuestros hijos y comunicarnos lo mejor posible con ellos para poder detectar a tiempo cualquier problema.


NO OLVIDE CONSULTAR A SU MÉDICO