Resultados de Laboratorio
Cuando la ateroesclerosis se desarrolla en las arterias que alimentan el cerebro (arterias carótidas), se puede producir un trastorno brusco de la circulación cerebral (conocido como ictus); cuando se desarrolla en las arterias que alimentan el corazón (arterias coronarias), se puede producir un infarto de miocardio.
Factores de riesgo
Existen diferentes circunstancias que se relacionan con el desarrollo de esta enfermedad, como:
Signos y síntomas
La ateroesclerosis es una enfermedad silenciosa, es decir, por lo general no produce síntomas hasta que estrecha gravemente la arteria o causa una obstrucción súbita. La presencia de esta enfermedad suele diagnosticarse en forma casual, por lo que la manifestación de signos o síntomas es poco frecuente, no obstante, dependiendo del lugar donde se desarrolla este padecimiento, existen algunos signos que pueden alertar al paciente. El primer síntoma del estrechamiento de una arteria puede ser un dolor o un calambre en el momento en que el flujo de sangre es insuficiente para satisfacer las necesidades del oxígeno. Por ejemplo: durante el ejercicio, una persona puede sentir dolor en el pecho (angina), debido a la falta de oxígeno en el corazón; o mientras camina, pueden sentirse calambres en las extremidades, también por la falta de oxígeno. Estos síntomas se desarrollan gradualmente a medida que el engrosamiento irregular del revestimiento interno de la arteria (ateroma), la constriñe. Además, generalmente los síntomas suelen estar relacionados con otras enfermedades, como:
Diagnóstico
Debido a que es una enfermedad que no genera síntomas característicos propios, es necesario acudir con el médico regularmente, principalmente si usted está expuesto a alguno de los factores de riesgo antes mencionados. En este caso, el doctor deberá realizar análisis de laboratorio como química sanguínea, en la que se incluya la valoración de las diferentes grasas (colesterol, triglicéridos) y proteínas. Sin embargo, la única forma para diagnosticar de forma exacta la existencia, localización y tamaño de la placa de la lesión ateroesclerótica, es a través de una angiografía (estudio del interior de las arterias).
Tratamiento
Es muy importante eliminar los factores de riesgo controlables, como los valores elevados de colesterol en la sangre, la presión arterial alta, el consumo de tabaco, la obesidad y la falta de ejercicio. Para el tratamiento de las placas de ateroma dentro de las arterias puede ser necesario controlar los niveles altos de colesterol con medicamentos que el médico le indique. En caso de un tratamiento directo sobre la lesión ateroesclerótica se realiza mediante un procedimiento quirúrgico que abre las arterias coronarias que se encuentran cerradas (angioplastía) o la implantación de dispositivos que mantienen abiertos los vasos del organismo (stens). No existe mejor tratamiento para la ateroesclerosis que la prevención, ya que cuando el padecimiento no se trata a tiempo y éste avanza, es necesario tratar las complicaciones, como la angina de pecho, infarto, arritmias, insuficiencia cardiaca, insuficiencia renal u obstrucción de las arterias periféricas.